A causa de la erosión, la temporada de lluvias puede afectar los suelos destinados para cultivos, especialmente en zonas de ladera, con consecuencias para la producción agrícola y los campesinos que dependen de esta actividad económica; este fenómeno se puede mitigar a través de estrategias para proteger los terrenos y conservar sus propiedades.
En el municipio de Roldanillo (Valle del Cauca), caracterizado por sus numerosas laderas y pendientes pronunciadas, se ha planteado la urgencia de adoptar prácticas de conservación para recuperar la salud del suelo y asegurar la sustentabilidad de los cultivos y los alimentos, debido a las condiciones climáticas que registran una temperatura promedio de 24 °C, con lluvias que varían entre 1.000 y 1.500 milímetros anuales. Allí predominan además de los cafetales, la yuca, el maíz, las hortalizas y las especies frutales.
En tres fincas de este municipio vallecaucano, el semillero de investigación Sistemas Campesinos y Análisis Energéticos del Instituto de Estudios Ambientales (Idea) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, desarrolla con las comunidades locales un proyecto de transición de métodos convencionales de agricultura a prácticas agroecológicas.
Las fincas en las que se desarrolla el proyecto se han visto afectadas por pérdida de suelo a causa de la erosión que produce el impacto de las gotas de lluvia y el agua de exceso que se queda en la superficie, la cual fluye sobre las laderas llevándose partículas de terreno necesarias para la fertilidad y la productividad agrícola.
“El suelo es un recurso no renovable, sostén de muchos sistemas productivos, que en esta zona ha servido para desarrollar actividades de agricultura y ganadería; sin embargo, ha sido afectado por la erosión, que es la pérdida superficial del suelo que tiene más nutrientes y es esencial para el crecimiento de las plantas", explica el estudiante del semillero Santiago Puerta Redondo, quien adelanta el estudio en modalidad de trabajo de grado para obtener su título como Ingeniero Agrícola.
Hasta el momento los resultados de la estimación en las 3 fincas campesinas han demostrado la importancia de las prácticas de conservación del suelo en zonas de ladera y las diferencias que existen entre la pérdida de suelo en áreas con cobertura vegetal y en “suelos desnudos" o desprovistos de vegetación, producto de procesos de agricultura convencional, ya que allí la erosión es mucho más alta.
“La cobertura del suelo es importante porque evita que las gotas de lluvia lo impacten, lo disgreguen, y que con esto se desarrollen procesos de erosión hídrica, por su parte, las raíces de las plantas de cobertura actúan como cuerdas que lo amarran y evitan su arrastre", explica el profesor Sandro Nolan Ipaz Cuastumal, coordinador del programa de Ingeniería Agrícola de la UNAL Sede Palmira, quien dirige al estudiante Puerta en esta investigación.
“Esperamos que el proyecto, además de beneficiar a los propietarios de las fincas, se pueda escalar a otros agricultores de la región y el país que se encuentran en lugares con pendientes similares, para que realicen un manejo apropiado, implementen coberturas vegetales y tomen decisiones informadas basadas en datos, ya que la pérdida del suelo, además de tener un impacto económico, afecta la sostenibilidad de los ecosistemas y la productividad del campo", señala el estudiante Puerta.
Para reducir la erosión, la iniciativa contempla plantar cultivos siguiendo las curvas de nivel del terreno y establecer canales que dirijan el flujo de la lluvia en las pendientes para contener la velocidad del agua y evitar deslizamientos de tierra, entre otras acciones.
Así mismo, para conservar los suelos, el proyecto impulsa la transición de métodos de agricultura convencionales hacia prácticas agroecológicas que incluyen dejar de utilizar fertilizantes de síntesis química, optar por abonos orgánicos y asociar cultivos, por ejemplo el del café con especies forestales, ya que combinar diferentes variedades en la misma área mejora la biodiversidad y la salud del suelo. También conservan zonas de reserva natural y delimitan los espacios dedicados a la ganadería.
Modelo universal para establecer la pérdida de suelo
Los investigadores utilizan la ecuación universal de pérdida de suelo (USLE), un modelo que cuantifica la erosión basándose en cinco factores clave: erosividad de la lluvia (R), vulnerabilidad del suelo (K), longitud e inclinación de las pendientes (LS), tipo de cobertura vegetal (C) y prácticas de conservación (P).
“El factor R mide el efecto de la lluvia en términos de energía y su capacidad para desplazar partículas del suelo, mientras que el K analiza la textura del suelo, el contenido del material orgánico, la estructura y la permeabilidad. Los factores L y S son claves porque las pendientes más largas y empinadas tienden a tener una mayor escorrentía o corriente de agua, y por ende una mayor erosión", explicó el estudiante Puerta.
Por último vale señalar que, con 81 puntos, este proyecto de investigación clasificó en el siguiente evento de la Red Regional de Semilleros de Investigación (RREDSI), que se llevará a cabo en octubre de 2024 en Armenia, Quindío.
